miércoles, 22 de mayo de 2013

Entrevista en "De lectura obligada"

Son varios días los que hace que no escribo y noha sido porque no tuviera cosas que contar. Es más, tengo muchas cosas que contar. La cuestión es que cuando todo se te junta y apenas tienes tiempo para dormir, yo prefiero aparcar las cosas especiales para dedicarles el tiempo que merecen. Hoy, por fin, saco un ratito (no mucho, no creáis) para hablaros de la primera de las cosas que han pasado.

El pasado viernes fue publicada mi primera entrevista en el web-blog literario De lectura obligada, donde me preguntaron por la novela, el proceso de escribirla y editarla y por el futuro. Aunque está aquí transcrita por completo, podéis leerla en su web de origen pinchando aquí. Muchas gracias a De lectura obligada y a Alberto Berenguer.



En Internet, todos los lectores de su obra, ensalzan la calidad de su primera obra como escritor independiente. Pero realizando un ejercicio autocrítico, ¿qué aspecto mejoraría?
Soy consciente de que hay muchos aspectos a mejorar. A nivel general diría que falta madurez pero espero ganarla con la práctica y con los años. A nivel particular, diría el ritmo narrativo. Creo que es manifiestamente mejorable en algunos momentos en los que quizás se pasa de una narrativa muy ágil a otra más lenta de manera brusca, debido a que quiero centrarme en algo importante. El cambio podría ser más gradual. Pero de todo esto se aprende, claro.

Otro aspecto positivo de Sombras y honor es la excelente ambientación histórica. ¿Por qué decidió enmarcar la historia en el Japón imperial?
Es una historia curiosa. Todo vino a raíz de una clase de arte durante la carrera (estudié Historia). Nuestra profesora nos trajo a una experta en arte oriental y estuvo prácticamente la hora y media hablándonos de Japón a través de su arte. Quedé fascinado por su cultura y por su mitología. Ya por entonces escribía relatos y me decidí a ambientar uno en el Japón de los samurái, así que me puse a investigar sobre la época, la geografía, las costumbres… Fue entonces cuando me di cuenta de que no había muchos relatos o novelas que hablaran de Japón o los samurái y me llamó mucho la atención, siendo unos guerreros tan famosos como nuestros caballeros europeos. Me enganchó tanto que decidí crear algo más largo y más complejo.

¿Ha tenido dificultades a lo largo del proceso de documentación? ¿Podría compartir algunos de los recursos utilizados?
Sí que ha habido dificultades porque no es una cultura sobre la que se escriba mucho en castellano. El 90% de la información que manejé estaba en inglés. En ese idioma es relativamente sencillo encontrar fuentes incluso en internet. La página “The Samurai Archives” fue de gran ayuda al principio, aunque luego me dirigí ya a bibliografía más tradicional, también en inglés prácticamente en su totalidad. La biblioteca de Humanidades de la Universidad Complutense también fue un magnífico punto de apoyo.

¿Qué le apasiona del mundo ninja y samurái?
Me apasiona, sobre todo, la relación entre honor y deber. En Japón es una cuestión fundamental, no sólo cuando hablamos de samurái o ninja, sino que es cultural. En Europa teníamos nuestros caballeros medievales que eran buenos o malos pero que compartían un ideario común. En Japón, en cambio, surgen dos figuras: el ninja que cumple con su deber, conlleve lo que conlleve, y el samurái que combate con honor y no acepta llevar a cabo tareas que manchen su nombre o el de su familia. Una dualidad de sombras y honor en definitiva. Pero las líneas de comportamiento que se les suponen a ambos no siempre son claras, sino que se difuminan debido a una lucha interna sobre qué debe prevalecer y qué se debe sacrificar, ya que ambas cosas, honor y deber, son extraordinariamente importantes en toda la cultura japonesa. Esos conflictos internos me atrajeron extraordinariamente.

La trama de Sombras y honor se extiende a lo largo de 598 páginas. Una extensión poco habitual para un escritor novel. ¿Cuál es su parte preferida en la redacción de un libro?
Disfruté mucho preparando y escribiendo Sombras y honor en general. La parte de la investigación histórico-cultural me fascina porque tengo que intentar pensar de otra manera, con otras estructuras y otros principios, tener otras ideas, y, al mismo tiempo, ir encajando la historia, los personajes, adecuarlos a lo que voy encontrando y leyendo. Es como crear un puzzle donde tienes infinitas piezas pero tienes que crear una imagen coherente y no todas las piezas encajan entre sí. Es largo y es complejo, pero es un reto muy atractivo para mí.

¿Y la parte que peor lleva?
Probablemente diría que la de coger una rutina de escritura. No porque no me guste, sino porque me cuesta. Cuando tienes jornadas laborales muy largas o épocas en las que tienes más preocupaciones o estrés, es difícil hacer avanzar una historia. Para mí, coger una rutina fue muy importante. El hecho de “obligarme” era en realidad una liberación, pero reconozco que a veces me costaba por el cansancio diario. A veces escribía más y a veces menos, a veces mejor y a veces peor, pero siempre escribía. Eso me impidió dejarla parada en muchos momentos.

Además destacan los diálogos y sus personajes. Muchos escritores reconocen la dificultad de estos dos en la narración. ¿Por cuál suele dedicar más tiempo?
Yo, personalmente, me entrego totalmente a los personajes. Son los que, para mí, hacen interesante una historia. Entender sus motivaciones, prever sus reacciones, saber cómo piensan, qué gestos usan cuando están nerviosos o enfadados, sorprender al lector con un secreto inesperado… Eso es lo que da vida al relato. Si consigues que el lector empatice con ellos, habrás ganado mucho porque se deja de leer una historia para vivirla con ellos.

Por su parte, los diálogos otorgan agilidad y singularidad al relato. Me gusta mucho usarlos aunque sea para dar un detalle que, en ese momento, pueda parecer menor y que luego se convierte en algo importante. También dicen mucho de los personajes su forma de hablar, su talante, su lenguaje o su modo de dirigirse a los demás.

¿Cree que ambos son los pilares atrayentes de su novela Sombras y honor?
Creo que sí. Algunos lectores me han dicho que los personajes les parecen muy sólidos, que les ha resultado fácil empatizar con unos o con otros pero que, al tiempo, todos tenían su parte de luz y de oscuridad, que eso los hacía más reales. Dedicarles tanto tiempo les hace únicos, reconocibles y especiales y puede que por eso generen sensaciones en el lector, lo que es tremendamente gratificante. En cuanto a los diálogos, creo que son una extensión de lo anterior. Es una manera más de mostrar a los personajes.

¿Por qué decidió añadir un glosario de términos y personajes al finalizar la novela?
Siempre que he leído novelas ambientadas en mundos lejanos o fantásticos, me ha gustado el detalle de introducir vocablos o expresiones en los idiomas originales o inventados. Me parece que le dan personalidad al relato y ayudan a que el lector se meta más de lleno en la novela. Por eso decidí introducir algunas palabras básicas en japonés que me ayudaran a darle ese toque. Para mí, no es lo mismo decir “espada” que “katana”, o “sí” que “hai”. Decidí añadir el glosario porque, aunque la mayoría de las palabras son conocidas o se entienden incluso por el contexto, no puedo darlo por sentado y el lector debe saber qué está leyendo. Es un apéndice al que poder recurrir en esos casos. Decidí incluir también los personajes porque los nombres en japonés nos son muy extraños en general y es posible que el lector, que normalmente no está muy familiarizado con las nomenclaturas japonesas (a mí mismo me pasaba al principio), se pueda perder. El glosario ayuda con breves notas que definen cada personaje y que hacen más fácil relacionarlos y reconocerlos.

Una vez que puso punto final a la historia comenzó, lo que muchos escritores primerizos califican de momento más duro de la creación de un libro, la búsqueda de la editorial. ¿Recibió muchas negativas del sector editorial o decidió desde un primer momento apostar por la autoedición digital?
En realidad no intenté mucho prosperar en el mundo editorial. Un buen amigo, que trabaja en una editorial importante, me dijo que la situación estaba complicada porque en estos tiempos de crisis, la política de las editoriales se había vuelto más restrictiva a la hora de apostar por autores nuevos. Yo lo entiendo, al fin y al cabo son negocios y apostar por una novela desconocida de un escritor desconocido entraña muchos riesgos, y más con una temática como la mía que se trabaja muy poco. Así que me decidí por la autoedición porque mi gran sueño era ver mi novela publicada y, para ser sincero, no me propuse nada más. Tenía suficientes opiniones como para creer que mi novela tenía la suficiente calidad. Conocí la plataforma KDP de Amazon y me decidí por ella. Afortunadamente, la novela se está vendiendo bastante bien, mucho mejor de lo que me esperaba la verdad, y eso me ha hecho plantearme otras plataformas digitales y también una edición pequeña en papel, también autoeditada. La autoedición digital tiene, para mí, una parte muy positiva: la novela es lo que tú quieres que sea. Siempre tienes el control y tus aciertos y tus fracasos son tuyos. Eso no quiere decir que para el futuro no intente publicar con una editorial. Que te respalde un sello te da una “credibilidad” que te tienes que ganar con la autoedición a base de mucho esfuerzo, pero a día de hoy estoy muy contento con la decisión que tomé.

Las redes sociales se han convertido en una herramienta muy eficaz para publicitar las obras de quienes no tienen acceso a los grandes medios. ¿Cómo da usted a conocer sus obras?
Para los autores de editoriales pequeñas y autoeditados, las redes sociales se han convertido en nuestro gran escaparate. Yo uso, principalmente, Twitter y Facebook, por ese orden. En Twitter he encontrado a muchísimos autores que están dispuestos a ayudarte a dar a conocer tu novela a cambio de que tú hagas lo mismo. Nos estamos convirtiendo en una especie de cooperativa que funciona realmente bien. Yo conseguí que el maestro León Arsenal me diera a conocer a través de su cuenta, lo que me llenó de orgullo. También ha habido mucha gente que se ha interesado por mi obra. Aparte, mantengo un blog de contenidos literarios que está recibiendo muchas visitas gracias también a las redes sociales.

Otro aspecto publicitario importante es el envoltorio de la novela. Una portada no transmite siempre la idea de la historia. ¿Está usted contento con su resultado?
En general, sí. Luego siempre te queda la duda de si has elegido adecuadamente, pero estuve bien asesorado y ayudado por Laura Avilés, una buena amiga y profesional del marketing. Es una portada sencilla pero creo que entre el diseño y el título dan una idea clara de lo que hay dentro. Sobre todo queríamos llamar la atención sobre el escenario de la obra, ya que no existen muchas novelas ambientadas en Japón y creímos que era un elemento diferencial. Si te atrae la cultura japonesa y ves esa portada, al menos un ojo le echas.
Un escritor suele pensar en muchas ocasiones en el futuro, por ello ¿está inmerso en un nuevo trabajo literario?
Para mí escribir es una pasión e, incluso una terapia contra los problemas y las preocupaciones. Así que sí, estoy ya inmerso en la segunda novela. Estará ambientada en la época de las Cruzadas, aunque en un periodo muy concreto. Es una época muy popular pero muy poco conocida en general y me gustaría hacer algo que respetase más ese trasfondo que tan importante me parece y que cambiase un poco la concepción que se tiene de este periodo histórico, siempre, claro está, con una historia interesante.

Y sobre la publicación en formato digital, ¿seguirá en la misma línea?
Por supuesto. Yo soy un romántico del papel pero he aprendido a apreciar el formato digital, no sólo como escritor que ve una salida al mercado, sino también como lector ya que, al tener precios más reducidos, me permite la posibilidad de probar escritores nuevos sin tener que renunciar a otro libro. Gracias a él, he leído novelas que probablemente me hubiera perdido de no existir en ese formato. Además, no son sólo los precios sino que, por ejemplo, en este formato tengo en cuestión de segundos novelas en otros idiomas, pues me encanta leer a algunos autores en sus lenguas originales. Si mi siguiente novela fuera publicada por una editorial, me aseguraría de que saliese también una edición digital.

¿Qué significa para usted la Generación Kindle?
Para mí, la Generación Kindle significa la realización de un sueño por parte de muchos, entre los cuales me incluyo. No tenemos unas características ni unos orígenes comunes, pero nos une a todos la misma pasión que es escribir. Además, el apoyo que nos prestamos unos a otros es un punto de luz en un mundo cada vez más individualista. Pero sobre todo significa “alternativa” y tener más opciones entre las que elegir siempre es bueno.

Se define como escritor amateur y lector profesional. Por ello, ¿qué libro nos recomendaría?
Desde niño me recuerdo con un libro en las manos, algo que nunca terminaré de agradecer a mis padres, y por esa experiencia sé que un mismo libro puede encantar a una persona y horrorizar o aburrir a otra. Esta es la razón por la que recomiendo libros muy pocas veces. Aun así, os haré un par.

Si os gusta la fantasía os recomendaría la saga de “La espada de fuego” de Javier Negrete o la de “Geralt de Rivia” de Andrzej Sapkowski. Es un tipo de relato fantástico un poco más crudo y oscuro que los clásicos, pero con muchísima calidad.

Si os gusta algo más realista, os recomendaría “Gomorra”, del escritor italiano Roberto Saviano. A través de esta novela se pueden conocer los mecanismos más ocultos de una sociedad mafiosa real, la camorra, y cómo encaja ésta en nuestro mundo. Es muy buena y te abre mucho los ojos por su realismo y su dureza. No desmerece en nada a las grandes películas de la mafia.

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